Para Arrigo Sacchi y Fabio Capello no había mejor sitio. Allí se cerraban los acuerdos y se trataban los temas capitales del equipo. La sala del camino de Milanello, ciudad deportiva del Milan, era un lugar sagrado, tanto casi como el Boot Room para el Liverpool. Silvio Berlusconi, presidente de la entidad, volvió a entronizar a la sala el sábado pasado, cuando reunió con carácter excepcional a toda la plantilla a su alrededor. "Ronaldinho, ponte en pie", le pidió. Así lo hizo el Gaucho, como reveló la Gazzetta dello sport. "Eres un campeón", prosiguió el dirigente rossonero; "y ahora promete a tus compañeros que te comportarás como un profesional durante la temporada y harás todo para llevarles a la victoria". Ronnie lo prometió.
No era la primera vez que Berlusconi daba un toque de atención al futbolista. "Siempre ha sido su niño mimado, su apuesta personal", reconocen desde el entorno rossonero. Pero sin Kaká (Madrid) y con la continuidad de Pirlo y Pato en entredicho, Berlusconi le ha cedido el testigo al brasileño, estrella mundial hace tres años -coronado con la segunda Champions del Barça-, pero figura anónima y desbravada desde entonces. Discutido por su peso, su vida nocturna y su desidia, Ronaldinho suma dos temporadas ignotas. El último curso con el Barça sumó nueve goles en 25 partidos. En el pasado ejercicio, ya en Milán, 10 dianas en 35 duelos. La mayoría, a balón parado.
El año pasado, Ronaldinho no fue visto en discotecas, por más que le relacionaran con varios líos amorosos. Se recluía en su casa de Varese, en la campiña. Pero se entrenaba mal; holgazaneaba. Este año parece distinto. Ha pasado las vacaciones en Nueva York, Miami, Mykonos y Porto Alegre, donde se ha casado su hermana. "Ha vuelto con el mismo peso. Se le ve muy bien", reconoce Daniele Tognaccini, jefe de los preparadores físicos del Milan. "Quiero hacer un gran año para dedicárselo al presidente. Garantizo a los aficionados que quiero trabajar bien y volver a ser un campeón", responde Ronnie.
Berlusconi, que lleva un técnico dentro, le ha sugerido al de verdad, Leonardo, que use un 4-3-3 y no el 4-4-2 o el 4-5-1, que tanto le irritaba. "Sois grandes y si hacéis las cosas bien, ganaréis la Liga", les exigió en la sala del camino. A la estela de Ronaldinho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de julio de 2009