Me ha parecido interesantísima la noticia sobre el futuro aprovechamiento solar del Sáhara, un auténtico oasis en medio del angustioso panorama que supone el calentamiento climático, y no entiendo las críticas referentes al peligro de dependencia exterior o al nuevo colonialismo en los países de esa zona.
El progreso social se basa precisamente en la especialización: que cada persona trabaje en lo que más le guste y haga mejor, aprovechando asimismo los recursos de su tierra, para después intercambiar lo que produce con artículos o servicios de cualquier otra parte del mundo, beneficiándonos todos/as con ello.
La cuestión estriba en asegurar que ese comercio sea solidario y, en este caso, que paguemos un precio justo a los países donde se produce la energía.
Confío plenamente en que dicho proyecto siga adelante y sus promotores no se dejen intimidar por agoreros de escasas luces.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de julio de 2009