La segunda jornada de la Semana Blanca consiguió paralizar casi todos los centros de distribución láctea de Lugo. En las protestas se vivieron algunos momentos de tensión entre agentes y ganaderos. La mayoría de establecimientos optaron por cerrar sus puertas cuando se percataron de la presencia de los manifestantes y los clientes se solidarizaron con los ganaderos. En Santiago, una lenta tractorada colapsó la ciudad. 2.000 vehículos salieron de Amio circulando a cinco kilómetros por hora para denunciar los bajos precios de la leche en origen y la entrada de género francés por debajo del coste de producción.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de julio de 2009