Ocho años de internamiento y cinco más de libertad vigilada. La juez Carmen Orland, del Juzgado de Menores de Huelva, dictó ayer sentencia firme contra el menor tutelado por la Junta que asesinó a palos al indigente Pedro Martínez, de 55 años, el 17 de diciembre de 2008. El acusado tenía, según la fiscalía pública, 21 diligencias pendientes y se había escapado de todos los centros en los que se le internaba. Del último, el de Santa Elena (Córdoba), se había fugado unas semanas antes del crimen.
Los representantes de la Junta negaron su responsabilidad en la vista oral, a pesar de tratarse de un menor en situación de desamparo y tutelado desde 2006. Con una melena larga y rapado por delante, el autor del asesinato, que ya ha cumplido los 18 años, se declaró culpable. En el escrito de acusación se expuso la sucesión de los hechos: la noche del 17 de diciembre, a las 22.00, el acusado quedó de acuerdo con otro indigente y supuesto amigo de la víctima, Pedro García, para robarle un sobre de 3.000 euros que una organización caritativa le había entregado. Como se resistió, el hombre le acercó un palo de madera al menor y éste le propinó varios golpes, sobre todo en la cabeza, que acabaron con su vida. Pedro García, el supuesto cómplice, de 58 años, queda pendiente de juicio.
Indemnización
Las partes estuvieron de acuerdo en la condena penal pero no en la indemnización a recibir. La acusación solicita 60.000 euros por cada hijo. Los representantes de la Junta lo consideran "exagerado" porque no admiten la existencia de un perjuicio económico y "ni siquiera" creen probada la "vinculación afectiva" entre Martínez, "que vivía en la calle", y su familia. En otro momento de la vista, explicaron que en los centros de internamiento es "imposible" tener a todos controlados día y noche. La cuantía de la indemnización se conocerá en los próximos días.
Los dos hijos de la víctima, Rocío y Mario, de 26 y 35 años, expresaron su desacuerdo con la condena. "Se va a escapar cualquier día", protestaba Rocío, muy nerviosa, a la salida del juzgado. Los hermanos quieren que vaya a la cárcel pero el Código Penal lo impide porque el autor del crimen tenía 17 años cuando se cometieron los hechos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de julio de 2009