Los médicos que atendieron a Dalila, la primera fallecida de la nueva gripe en España, actuaron correctamente, según un dictamen urgente solicitado por los responsables sanitarios de Madrid a otros facultativos: los jefes de Urgencias de los hospitales públicos y representantes de dos sociedades científicas.
Dalila Mimouni, 19 años, embarazada de 27 semanas, visitó cuatro veces las urgencias de dos hospitales públicos con fiebre y dolores antes de ser ingresada. Murió el 30 de junio, después de pasar 15 días en la UCI del hospital Gregorio Marañón. Su familia mantiene que hubo negligencia, que no padecía asma, como le fue diagnosticada en una de las visitas, y que, pese a que cada vez que acudía estaba peor, apenas le hicieron pruebas. "Le mandaron a casa pese a que no podía ni caminar", decía su marido, Mohamed.
Los expertos convocados a una sesión clínica por la consejería de Sanidad de Madrid al día siguiente de la muerte de Dalila mantienen que fue correcto enviarla a casa en tres ocasiones y que la mujer ingresó en el hospital cuando fue oportuno, es decir, cuando presentó problemas para respirar -algo que sí se indica en los informes médicos pero que la familia asegura que ocurrió antes de la última visita-. Argumentan que ya en la primera visita a urgencias al hospital Gregorio Marañón, tras interrogarla, los médicos descartaron que hubiese tenido contacto con enfermos de la nueva gripe.
No se trata de la investigación oficial encargada por la Consejería de Sanidad tras la muerte de Ryan, el hijo de Dalila, por inyectarle en vena la alimentación que iba destinada a la sonda nasogástrica. El departamento se niega a difundirlo alegando que "contiene datos clínicos". Pero sí ha hecho público el informe sobre la muerte de Ryan, en el que se constata que una enfermera se confundió de vía.
"En el preciso momento en que la paciente presentó dificultad respiratoria, fue ingresada", escriben los médicos tras la reunión. Según fuentes sanitarias, ésta duró tres horas y a ella asistieron todos los responsables de Urgencias de los hospitales públicos, y representantes de la Sociedad Madrileña de Medicina Interna y de la Sociedad Madrileña de Urgencias. "Su evolución probablemente no habría variado si el ingreso se hubiese producido antes", aseguran. En el caso de Dalila, añaden, "al igual que ocurre en otros enfermos afectados por gripe estacional, la evolución fue tórpida y acabó con su joven vida".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de julio de 2009