Cuando, en 1995, Mark Olson coló en Tomorrow the green grass un tema sobre su entonces mujer, Victoria Williams, estaba claro que aquella entidad codirigida por él y Gary Louris no podía seguir funcionando. Una pena, pues lo tenían todo para capitalizar los 15 minutos de fama del country alternativo: las melodías, la actitud e incluso la mística necesaria. Tras la espantada de Olson, Louris escoró el sonido hacia un pop luminoso, en el que las cuerdas y los Beatles se imponían sobre las mandolinas y Neil Young. El resultado de esta segunda parte puede espantar a los puristas, pero Big star o Tailspin son clásicos, incluso cuando se les enfrenta a sus primeras joyas. He aquí, pues, la primera compilación de esta antaño gran banda cuyo futuro es un misterio, pero cuyo pasado no debería serlo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de julio de 2009