El equipo Renault cometió ayer un error importante. De eso no hay duda. Sin embargo, la reprimenda de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) me parece excesiva. Es cierto que mecánicos e ingenieros no podían permitir que el coche de Fernando Alonso entrara en la pista sabiendo que una de las ruedas no llevaba los elementos obligatorios que la fijan al coche y que, en consecuencia, no estaba bien puesta. Pero esa decisión debió producirse de manera automática y a veces las cosas no suceden de esta forma. Para el equipo, parar a Alonso suponía echar por la borda todo el excelente trabajo que habían realizado durante el fin de semana, con la pole position incluida. Y eso cuesta más de un segundo.
Podrían haberle dado un serio aviso a Renault o imponerle una multa monumental
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Cierto que crearon una situación de peligro para los demás pilotos y para el propio Alonso. Y la FIA no podía pasarlo por alto. Una sanción era obligada, pero podía ser un aviso serio de que, si volvía a producirse algo similar, serían excluidos de un gran premio. O podía haberse quedado en una multa económica monumental y una reprimenda de aúpa. Sin embargo, dejar fuera de la siguiente carrera, que será el Gran Premio de Europa, en Valencia el próximo 23 de agosto, a un equipo que acaba de lograr por primera vez este año un primer puesto en la parrilla de salida, que ha evidenciado un trabajo sensacional de recuperación y que está debatiendo sobre su continuidad, es un palo difícil de digerir. Les han suspendido y les han dicho que estaban trabajando mal.
Las consecuencias de esta decisión se dejarán notar. Para el equipo supondrá un pequeño retroceso en su evolución y un malestar interior enorme. Sentirán la presión de estar obligados a no fallar en el gran premio posterior al de Valencia. Y sufrirán, seguro. Y más aún pensando que no es la primera vez que ocurre una cosa similar -les sucedió ya en 2006, cuando Alonso lideraba esta misma carrera y perdió una rueda mal colocada- y que el coste nunca había sido tan alto.
En el mismo gran premio de ayer hubo situaciones sancionables que se saldaron sin multas: el toque de Kimi Raikkonen a Sebastian Vettel en la salida y la arriesgada maniobra del propio Raikkonen para superar a Mark Webber en la salida del taller.
El problema, además, eclipsó por completo la evidente recuperación de McLaren y el excelente trabajo de Lewis Hamilton hasta la victoria. Pero no nos impidió disfrutar del debut de Jaume Alguersuari, que fue capaz de correr sin errores las 70 vueltas e ir progresando hasta marcar su mejor tiempo en la última vuelta, cuando el cansancio era ya notable para él. Acabó por delante de Sebastien Buemi y eso, aunque anecdótico, es bueno porque demostró que es tremendamente competitivo. Pero me parece un error notable de la FIA no permitir a los jóvenes pilotos realizar algunos tests antes de debutar en la F-1. Con Jaume salió bien porque es muy talentoso. Con otros puede ir bastante peor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de julio de 2009