No termino de entender que la visita de Moratinos a Gibraltar pueda suscitar tanto miedo en algunos políticos. Los argumentos que esgrimen los que se muestran contrarios son improvisados y están cogidos con pinzas.
El señor Rajoy aduce que se trata "del primer ministro de Exteriores en la historia de la humanidad que hace una visita a su propio país". ¿Se consideraría entonces como visita si el ministro de Exteriores se reúne en Salamanca con representantes extranjeros?
En cuanto al hecho de que sea "la primera visita a Gibraltar en 300 años", y a la vista de los resultados obtenidos por la política anterior, quizá no sea del todo mala la idea de cambiar el enfoque de las relaciones con Gibraltar.
De todas formas, y aunque tenemos 300 años por delante para poder comparar resultados, parece que el cambio de actitud ha sido valorado positivamente por los representantes de Gibraltar y de Reino Unido. A lo mejor por las buenas avanzamos un poco más.
Más sensatas me parecen las valoraciones del señor Fraga, alabando el esfuerzo diplomático por normalizar las relaciones con nuestros vecinos, en pos de una solución negociada y amparada en la legalidad y acuerdos internacionales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de julio de 2009