Si de algo le gusta presumir a Feijóo -y ayer presumió de muchas cosas-, ese algo se llama austeridad. Convencido del éxito de la campaña del Partido Popular contra la presunta afición al lujo del bipartito de Touriño, el ahorro en tiempos de crisis se ha convertido en un lugar común en cuantas decisiones adopta la Xunta. Especialmente, en la nueva estructura orgánica del Gobierno, y la consiguiente reducción del número de altos cargos. El presidente de la Xunta alardeó una vez más de las medidas de racionalización del gasto, que convierten a su Gobierno "en uno de los referentes políticos de la austeridad en España".
Gracias a medidas como ésas, sólo 100 días le bastan para intuir que Galicia no sólo saldrá de la crisis, sino que lo hará "en condiciones de poder abordar la segunda modernización de Galicia: la de la Galicia ciudad única, ciudad conectada por alta velocidad, comunicada por la innovación, y la Galicia igualitaria en servicios y oportunidades".
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El objetivo, vaticinó, será posible a pesar de la herencia recibida. "Este Gobierno ha llegado en el momento económico más complicado en el que llegó nunca un Gobierno autonómico", resaltó Feijóo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de julio de 2009