La violenta tormenta de agua, granizo y viento que el sábado por la tarde afectó a varias comarcas de Lleida se ha saldado con daños en cerca de 18.000 hectáreas de frutales, según las primeras estimaciones realizadas por el Departamento de Agricultura. El consejero Joaquim Llena se desplazó ayer por la tarde a la zona y visitó la población de Alcarràs, donde hay cerca de 6.000 hectáreas afectadas.
El problema es que la tormenta afectó no sólo a la fruta, sobre todo a la pera que se iba a empezar a recoger la semana que viene, sino también a los árboles. Y es que el viento que acompañaba al granizo rompió muchas ramas de los frutales, e incluso en algunas zonas, arrancó los árboles de cuajo. Según concretaron ayer desde Unió de Pagesos, las comarcas más afectadas por la tormenta fueron el Segrià, la Noguera y el Alt Urgell, aunque el viento, que llegó a alcanzar rachas de hasta 100 kilómetros por hora, afectó a toda la plana de Lleida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de agosto de 2009