Un crimen acabó ayer con la tranquilidad de la huerta de Lleida, en la que cuatro encapuchados asaltaron una empresa cárnica y mataron a su propietario, el empresario Santiago Mir. Éste se percató de que había ladrones en las instalaciones de la empresa, una de las más conocidas de la provincia, y trató de enfrentarse a ellos. Mir, de 57 años, murió tras recibir un tiro de escopeta.
Los cuatro asaltantes entraron en las instalaciones de Cárnicas Mir a las 23.00 horas del sábado. La cárnica está en una torre aislada de la partida de Rufea, en plena huerta leridana, y sus propietarios residen en una casa anexa. Al oír ruido en las instalaciones, Mir fue a ver qué ocurría y se encontró con los cuatro asaltantes, que le dispararon un tiro con una escopeta de caza que le provocó la muerte.
La mujer y la suegra del empresario, a las que los ladrones exigieron dinero sin éxito, presenciaron el crimen. Los asaltantes salieron huyendo del lugar con el coche de la víctima. La esposa de Mir llamó entonces a la policía local, que junto con los Mossos d'Esquadra iniciaron una operación para localizar a los ladrones antes de que éstos huyeran de la ciudad. No dio resultado. Una hora después de recibir el aviso, encontraron el vehículo de Mir abandonado en una calle del barrio de Magraners, en la periferia de Lleida.
Los Mossos han iniciado una investigación para conocer la identidad de los ladrones. Según fuentes de la policía catalana, por ahora sólo está claro que el móvil del asesinato era el robo. Se desconoce si pertenecían al entorno de la víctima. Y es que algunas informaciones apuntan a que los encapuchados buscaban el dinero de un premio de la lotería que le habría tocado recientemente a la familia Mir. Los Mossos no lo confirmaron.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de agosto de 2009