Rayando las diez de la noche los controladores de los accesos tiraron la toalla y dejaron de pedir las entradas. Abrieron las puertas del auditorio del Monte do Gozo y permitieron que la avalancha se atascase a su albedrío en los accesos. Daba igual haber guardado cola desde la mañana, el público empezó a entrar con 45 minutos de retraso, hubo enfrentamientos, tuvo que intervenir la policía y, al cierre de esta edición, el caos organizativo mantenía a numerosos asistentes fuera. Mientras, Bruce Springsteen, casi puntual, salía al escenario con Badlands. Eran las 22.08 horas, y medio minuto antes un miembro de su banda se había encargado de templar los ánimos de quienes sí entraron tocando al acordeón A Rianxeira.
MÁS INFORMACIÓN
"Lo mejor que podéis hacer es marcharos", sugerían mientras tanto los porteros a aquel público con entrada atrapado en la marea humana del exterior. Los cabreados gritaban "organización dimisión" y a un policía nacional se le escapaba "esto es una puta mierda". La productora Doctor Music vendió 38.600 entradas, 2.600 más de lo previsto inicialmente, y resultó que el público, hacinado en un recinto recién ampliado, terminó trepando por los urinarios portátiles para poder respirar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de agosto de 2009