El juzgado de Instrucción de Getxo que está investigando la comisión de un posible delito ecológico en unas obras de relleno por un constructor -el ex presidente del PNV de Barrika Jon Larrazabal- ha resuelto archivar la causa por prevaricación (dictar una resolcuión injusta a sabiendas) abierta contra el ex alcalde del municipio, el peneuvista José María Ezpeleta. El anterior primer edil se hallaba imputado por tramitar el permiso para las obras sin los correspondientes informes del Gobierno y obviando, como constató en su día el Departamento de Medio Ambiente, que la zona en cuestión se encontraba incluida en el catálogo de espacios naturales relevantes.
El auto, dictado el pasado 6 de julio, decretó el archivo de las actuaciones sobre Ezpeleta, aunque sin precisar ninguna razón. No aclara tampoco si se trata de un sobreseimiento libre o provisional, como suele ser habitual.
El juzgado ordena además que prosiga la instrucción respecto a los otros dos imputados: Jon Larrazabal y Alexander Albizu, responsable de Excavaciones Baranda, la constructora que realizó los movimientos de tierras.
Tres años
Este caso se encuentra en los juzgados desde hace ya tres años tras la demanda interpuesta por el grupo ecologista Txipio Bai, quien denunció a Larrazabal -presidente del PNV de Barrika cuando en 2002 pidió una licencia para actuar en esta zona- por desglosar el proyecto de acondicionamiento de unos terrenos para uso agrícola cerca de la playa de la localidad en dos superficies de más de 4.000 metros cuadrados cada una. De esa forma evitó que la actuación fuese considerada un relleno (cuando el área supera los 5.000 metros cuadrados), que requiere la autorización de la consejería de Medio Ambiente, y precisó únicamente del permiso municipal.
En 2007, el Instituto Nacional de Toxicología comprobó que en las tierras utilizadas en los rellenos había concentraciones elevadas de arsénico y cadmio (hasta el triple del umbral legal de afección a los ecosistemas). El ex alcalde reconoció en su declaración en el juzgado la posibilidad de los vertidos clandestinos, "pero no sólo por Larrazabal", precisó, "sino por algunos otros desconocidos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de agosto de 2009