Después de un fin de semana en el que las tormentas causaron un pequeño caos en la Comunidad Valenciana, con inundaciones, árboles caídos y problemas de circulación, ayer llovió menos de lo previsto. De los 40 litros por metro cuadrado que se alcanzaron el domingo en algunas localidades se pasó a unos siete de media en el sur de la provincia de Valencia y el norte de Alicante, a pesar de que la Comunidad continuaba en alerta naranja. La Agencia Estatal de Meteorología prevé que mañana finalice el riesgo por lluvias.
Los cielos permanecieron encapotados todo el día, pero finalmente las nubes no descargaron con tanta virulencia como en las jornadas precedentes. El mal tiempo dejó las playas vacías y los hosteleros se quejaban de su mala suerte en un año crítico para el sector turístico. Y es que ayer fue día de analizar las consecuencias de la gota fría.
Varias administraciones tuvieron que dar explicaciones después de los desperfectos causados por las lluvias. La Consejería de Infraestructuras y Transportes explicó que el hundimiento de unos 20 metros de acera en las obras del metro de Valencia que se produjo el domingo no provocará un retraso en el proyecto. Los bomberos realizaron ese día 75 intervenciones relacionadas con las intensas lluvias, como la retirada de ramas, achiques de agua en terrazas y garajes, caídas de farolas y carteles o el saneamiento de fachadas.
En la provincia de Castellón, el cuerpo de bomberos tuvo que desalojar a ocho personas de un cámping ubicado en el municipio de Puebla de Arenoso, así como afanarse en achicar el agua de los bajos inundados en el barrio del Grau, en la capital. El PSVP criticó ayer al PP por no hacer "nada" para solucionar el problema de este enclave. El concejal socialista Joan Morales señaló que "cada vez que llueve se inundan bajos y se anega toda la zona" y acusó al PP de "pasearse por las obras del Plan E".
La Asociación Valenciana de Agricultores y la Unió de Llauradors, sin embargo, se mostraron satisfechas de las condiciones meteorológicas de los últimos días, ya que las intensas lluvias han sido un aporte de agua extraordinario y no han causado daños generalizados en los campos. El pedrisco caído en algunas localidades de Valencia y Castellón, sí produjo algunos destrozos en la uva y en las hortalizas, pero "la incidencia ha sido mínima", según el presidente de la Unió, Josep Botella.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de agosto de 2009