La economía rusa se contrajo a un nivel récord del 10,9% interanual en el segundo trimestre del año. La subida del paro, que ha debilitado el consumo, la congelación del crédito bancario y la demora del Gobierno en aprobar medidas de estímulo fiscal, que llegaron hace sólo dos meses, explican el retroceso económico, que supera las previsiones oficiales y las de los economistas.
La caída del producto interior bruto (PIB) se acentúa después de un retroceso del 9,8% en el primer trimestre que terminó con 10 años de expansión a un ritmo medio del 7%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de agosto de 2009