Siempre he defendido el derecho de manifestación. Pero tengo muy claro que "tu libertad de estirar el puño termina donde empieza mi nariz", y viceversa.
No existe un derecho a marginar, a la dictadura, al genocidio. Los partidarios de ETA dicen que se coarta su derecho de expresarse públicamente, pero ya se manifiestan todos ellos demasiadas veces y demasiado claro ETA, reclamando sus "derechos" a amedrentar, pegar, robar y matar a quien le place, como aprendió de su competidor por otro régimen de dictadura nacionalista totalitaria, el franquismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de agosto de 2009