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La niña de L'Ametlla murió al arrancar el motor del yate

El motor del yate puso en marcha el rotor de las hélices de la embarcación. El efecto remolino succionó a la niña de ocho años, que acabó perdiendo la vida frente al litoral de L'Ametlla de Mar (Baix Ebre) el pasado martes. La Guardia Civil baraja la hipótesis del accidente, aunque ayer seguía sin aclarar si el motor se puso en marcha por el golpe de algún cabo suelto o por negligencia de las personas que se hallaban en el barco. El cuerpo policial, que ha iniciado diligencias para aclarar el suceso, ha puesto el caso en manos del Juzgado de Tortosa.

La pequeña, que no murió ahogada sino por los cortes que sufrió, se hallaba bañándose frente a la parte posterior de la nave. Llevaba todas las protecciones necesarias: un salvavidas y un flotador, unido al yate mediante una cuerda que terminó por arrojarla contra el barco. Al encenderse el motor de la nave, el remolino atrajo la cuerda hasta las hélices y atrapó a la menor, según la policía. La pequeña murió por las contusiones recibidas poco después, cuando la ambulancia se disponía a llevarla al hospital.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de agosto de 2009