Proponer, por parte del Gobierno, que se frene la subida salarial de los funcionarios es, por una parte, una medida que no pasa de "publicitaria", y por otra, una medida que va en contra de la lógica de la crisis.
Resulta una medida publicitaria pues va en contra de los trabajadores más odiados por el resto de la sociedad, los funcionarios, por lo que la mayoría mirará con buenos ojos al Gobiernos que se ha "atrevido" a ir contra ellos. De esa forma el Gobierno se da publicidad y gana unos cuantos votos. Sin embargo, ganar votos no es lo mismo que gobernar bien, pues esa medida resulta ilógica en una situación de crisis como la actual; cuando lo que se necesita es incentivar el consumo, esta medida frena el de aquellos que no tienen problemas para seguir consumiendo como antes en una situación como la actual, pues ni su sueldo ni su puesto están en peligro. Los funcionarios vuelven a ser el colectivo donde el Gobierno golpea, sin recordar que funcionarios son los profesores, médicos, jueces y fiscales, policías..., y no sólo ese oficinista de ventanilla que realiza su trabajo con desdén y que todos tienen en mente cuando piensan en un funcionario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de agosto de 2009