Acostumbrados a enorgullecerse más que nadie de los logros de su ciudad, los bilbaínos probablemente no presumirán del revelado ayer en el último estudio del Observatorio de Precios de Alimentación y Droguería en el Comercio Minorista de España, referido al segundo trimestre de 2009. El estudio refleja que Bilbao, junto a Pamplona y Girona, son las ciudades que cuentan con los precios más altos en su cesta de alimentación, mientras que Ávila es la ciudad que tiene unos precios más bajos en su cesta de alimentación, según el estudio realizado por el observatorio, dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
A pesar de su fama de ciudad agradable para la vista y nefasta para el bolsillo, San Sebastián logró reducir los precios de su cesta de la compra en un 7,3% con respecto al año anterior, consiguiendo así el mayor descenso después de Toledo. En el País Vasco, las bajadas de precios fueron menores en las otras dos capitales de provincia, ya que en Vitoria el descenso se quedó en un 4,2% y Bilbao tuvo que conformarse con un 2,2%.
El establecimiento de la capital vizcaína con el indice de precios más bajo en el total de la cesta es el Sabeco situado en la Calle Orixe -el supermercado Ercoreca de la Calle Médico Antonio Eguiluz es el más caro-, mientras que la compra más económica para los donostiarras, según el estudio, puede realizarse en el Carrefour situado en la vecina Oiartzun -el Spar todo-todo de la calle San Francisco tiene el índice de precios más alto de la ciudad-. En Vitoria, el más barato es el Sabeco de la calle Portal de Arriaga y el más caro, el supermercado de El Corte Inglés en la calle La Paz.
La familia de productos que más contribuye a esa rebaja son las frutas y hortalizas, con devaluaciones superiores al 10%. El informe añade que se observa una uniformidad de precios entre los distintos tipos de establecimientos comerciales. Son los supermercados medianos los que operan con menores precios, algo atribuible al coste de los productos frescos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de agosto de 2009