Sólo tiene una semana libre. Y la ha interrumpido ya para confirmar oficialmente en su puesto al jefe de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Pero en sus vacaciones en la isla de Martha's Vineyard, en Massachusetts, Barack Obama intentará leer cinco libros, más de 2.000 páginas.
Según confirmó ayer el portavoz del presidente, Bill Burton, en su mesilla de noche están ya The way home, una novela de misterio de George Pelecanos sobre la lucha de un joven contra la sociedad y sus problemas con la ley y su padre, con un trasfondo de enfrentamiento entre razas. Las tensiones raciales también se retratan en Lush life, de Richard Price. La tercera novela es Plainsong, de Kent Haruf, sobre la vida en una pequeña localidad de Colorado.
Por si le quedan fuerzas para idear nuevas estrategias políticas, el presidente leerá Hot, flat and crowded, de Tom Friedman, una defensa de la apuesta por las energías renovables para conseguir que EE UU siga liderando la economía mundial. Y por último, una biografía de John Adams, segundo presidente de EE UU, escrita por David McCullough.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de agosto de 2009