A pesar de la recesión, el ejercicio está siendo bueno para los heladeros que podrían terminar el año con una facturación superior a la de 2008, que ascendió a 240 millones de euros, según explicó ayer en Xixona José Luís Gisbert el presidente de la Asociación Nacional de Elaboradores Artesanos y Comerciantes de Helados y Horchatas de España.
Gisbert explicó, en declaraciones a Efe, la teoría de que la marcha del negocio de los helados es mucho más sensible a la temperatura que a la economía. Lo idóneo es que el termómetro se sitúe en verano "entre 25ª y treinta y pocos grados", ya que provoca cierta sensación de calor pero no lo bastante como para ahuyentar a la gente de las terrazas y "refugiarse en el aire acondicionado de casa".
A pesar de la irrupción de nuevos sabores (a donut, a brugal cola o a mojito, los dos últimos con alcohol), "lo más fácil de vender a todas las edades es el chocolate y sus variedades", añadió Gisbert.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de agosto de 2009