El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, ultima la crisis de gobierno con la pretensión de suprimir alguna de las 14 carteras que integran su Ejecutivo. La remodelación, obligada por el repentino fallecimiento del consejero de Medio Ambiente el pasado 11 de agosto, se plantea como una oportunidad para Camps de retomar el pulso político tras meses de parálisis por el caso Gürtel.
Reducir, aunque sea simbólicamente, la estructura de gobierno es una de las prioridades. Y lo es, según fuentes del PP, por dos razones: para intentar trasladar una imagen de austeridad en tiempos de crisis y para poner un parche a la imagen de que se trata de un Ejecutivo manirroto, más preocupado por salvar espectáculos deportivos como la Fórmula 1 que por mejorar los servicios básicos.
Aun así, Camps es contrario a realizar excesivos descartes. Y fuentes populares dan por seguro de que los que se produzcan mantendrán su escaño en las Cortes Valencianas -la mayoría son diputados- o serán recolocados en algún organismo oficial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de agosto de 2009