Se puede discutir extensamente si el Estatuto de Cataluña rompe España, si rompe la igualdad de derechos de los españoles o si esta igualdad ya estaba rota. Lo que es innegable es que su elaboración y aprobación se han hecho sin el consenso de los dos principales partidos y en ese sentido, podemos decir que ha roto el consenso constitucional que permitió elaborar un texto imperfecto pero aceptable para todos (excepto el PNV). El Estatuto, por su contenido y por su continente representa una modificación de la Constitución que dejaría de ser el texto de todos para ser sólo, como antaño, el de una parte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de agosto de 2009