Hace varias semanas, en un artículo de este periódico, pudimos informarnos sobre cómo en Alemania y Francia el paro no había aumentado tanto como en España. Las empresas de esos países habían impulsado medidas más solidarias para sus trabajadores y propuestas no tan radicales, evitando enviarles al paro. Y resulta que, poco a poco, vuelven a crecer. Será que cuidar a los trabajadores tiene sus buenos efectos.
El presidente de la CEOE debería tomar nota y dedicarse a protegerles, no a perseguirles, pues son el origen de la creación de la riqueza, y digo riqueza, no beneficios pingües para unos pocos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de agosto de 2009