Un año más en el pueblo de Torla, puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, se puede contemplar un paisaje sorprendente: a pocos metros del aparcamiento fluyen libremente las aguas fecales del pueblo y van a desembocar junto a un puente románico en el río Ara, que pasa por ser el único de España no represado en todo su recorrido y en el que se desarrolla todo tipo de actividades deportivas. El Gobierno de Aragón, que organizó la exposición en torno al agua y que presume de una inversión de 1.000 millones de euros en el Plan Especial de depuración de aguas, en el que no incluye a este municipio, suspende con la peor nota en el lugar más emblemático y visitado de la región, con más de 600.000 personas al año. ¿Es ésta su apuesta por la calidad medioambiental y el futuro de Aragón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de septiembre de 2009