Por primera vez en la década que Iñaki Azkuna lleva al frente del Ayuntamiento de Bilbao, el consistorio congelará sus tasas municipales. Los contribuyentes pagarán en 2010 lo mismo que este año, por lo que el consistorio dejará de recaudar ocho millones de euros. Un sacrificio necesario para la reactivación económica, según lo entiende el equipo de gobierno municipal, integrado por PNV y EB.
La medida afecta al impuestos de bienes inmuebles (IBI) y también a los impuestos de vehículos, actividades económicas, obras y a las licencias de apertura. Se congela además el precio de todos los servicios que pagan los vecinos, como la tasa de recogida de basuras, el aparcamiento regulado, los autobuses o los servicios funerarios. El consistorio "reafirma así su compromiso a favor de impulsar la reactivación de la economía reduciendo la presión fiscal", según defendió ayer la concejal de Economía y Hacienda, Marta Ajuria, antes de recordar la negativa evolución de la situación económica en el primer trimestre de este año, con una caída del 2,5% del PIB en la comunidad autónoma.
Bilbao perderá otros 70 millones por la caída en la recaudación foral
La reducción de la recaudación por la congelación de las tasas "se multiplica" por el descenso en la cuantía del fondo de financiación municipal de la Diputación de Vizcaya (Udalkutxa), según reconoció el jefe del gabinete de alcaldía, Andoni Aldekoa. Bilbao tiene que devolver 70 de los 321 millones de euros adelantados por Udalkutxa, como consecuencia de la caída en la recaudación de la Hacienda foral. "Vamos a tener un escenario económico verdaderamente complicado, en el que nos vamos a tener que apretar el cinturón", advirtió Aldekoa.
El PSE expresó su preocupación por el impacto de la congelación en las cuentas municipales, mientras la portavoz popular, Cristina Ruiz aseguró que "es una subida", si se tiene en cuenta el decrecimiento del IPC. El socialista Txema Oleaga se preguntó de dónde saldrá el dinero para mantener el nivel de gasto en prestaciones sociales o servicios a los barrios y pidió a la Diputación que "mueva ficha" y apruebe incentivos económicos para los ayuntamientos como los que dispone el Gobierno central (Plan E) o los que recientemente ha aprobado el Ejecutivo vasco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de septiembre de 2009