La Comisión Europea avisó ayer de que supervisará el proceso de venta del fabricante de coches Opel a la empresa canadiense Magna. Bruselas también reiteró que ningún país puede condicionar las ayudas públicas que conceda para facilitar la reestructuración de la compañía al mantenimiento de plantas en su territorio. La Comisión estudia convocar una nueva reunión de ministros de Industria de todos los países afectados por la venta de Opel, que sería ya la cuarta, para garantizar el "intercambio de información" y la "transparencia".
En España, la inquietud sobre la planta de Figueruelas va en aumento. Todos los sindicatos mantuvieron ayer una reunión en la que dejaron claro que no van a apoyar ni planes de ahorro, ni recortes, ni aceptarán la participación del 10% de los trabajadores en la nueva empresa, informa Concha Monserrat. Por su parte el presidente del Gobierno aragonés, Marcelino Iglesias, pedía prudencia y serenidad hasta que se conozcan las condiciones de la operación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de septiembre de 2009