Pocas cosas se le resisten al millonario ruso Román Abramóvich -uno de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes-, y una de ellas es el Kilimanjaro. Ayer emprendió viaje de vuelta a Londres tras fracasar en su intento de subir a la montaña más alta de África. Abramóvich tuvo que abandonar a unos 1.000 metros de la cima, de 5.895 metros de altura. Al parecer, fueron problemas respiratorios los que pusieron fin a la travesía que iba a durar ocho días.
Abramóvich, de 42 años, estaba ascendiendo por la ruta Shira, situada en la cara oeste, que es la más compleja técnicamente pero que posibilita adaptarse mejor a la altura. A la expedición sólo le faltaba un día para llegar a la cima cuando el millonario comenzó a sentirse mal y tuvo que abandonar. El grupo lo integraban dos guardaespaldas, más de cien portadores y un grupo de seis amigos del millonario. Todos llegaron a África a bordo de un Boeing 767, propiedad de Abramóvich.
Un portavoz de la expedición ha declarado su propósito de volver a intentar la aventura en los próximos meses. Abramóvich espera poder estar mañana en Londres, donde su equipo, el Chelsea, se enfrenta en la Liga de Campeones al Oporto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de septiembre de 2009