Berrozi, la base de entrenamiento de la élite de la Ertzaintza, situada en un paraje boscoso alavés, perdió ayer el manto de misterio que le ha rodeado desde su nacimiento, en 1980. Interior vasco exhibió a sus agentes en acción a parlamentarios y periodistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de septiembre de 2009