Al menos 33 personas murieron ayer en el noroeste de Pakistán cuando un suicida hizo estallar el coche bomba que conducía junto a un mercado de la ciudad de Kohat, 150 kilómetros al suroeste de Islamabad. Unas 80 personas resultaron heridas por la explosión, que se produjo en un momento de gran afluencia al bazar, mientras numerosas familias realizaban sus compras para celebrar el domingo el final del Ramadán. La policía paquistaní cree que el ataque es una revancha por los avances del Ejército contra los talibanes que combaten en la región.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de septiembre de 2009