"-¿La hora de la verdad? ¿Qué verdad es ésa?
-La verdad de tener que morirse. Después de eso, puede que no haya ninguna verdad. Incluso puede que sea lo más probable".
El diálogo de dos personajes de Sevilla, estación Términus ejemplifica lo que es una constante en la novela de José María Vaz de Soto (Paymogo, Huelva, 1938), que acaba de publicar la editorial Algaida. Luis y Javier, dos viejos amigos que llevan mucho tiempo sin verse, hablan de la vida y de la muerte, de la enfermedad y del amor, en una Sevilla, que, alejada de los lugares comunes y los tópicos, sirve como telón de fondo. Otros personajes se entrecruzan con Luis y Javier en un tapiz narrativo en el que afloran cuestiones como la religión, el sida, el marxismo o el psicoanálisis.
Vaz de Soto, que es catedrático de Lengua y Literatura desde 1965, ha sido profesor en institutos y universidades en Madrid, Vitoria y Burdeos, entre otras ciudades. Desde 1971 reside, con algunos paréntesis, en Sevilla. Entre sus novelas figuran El infierno y la brisa (1971), que fue llevada al cine en la película ¡Arriba Hazaña!, Despeñaperros (1988) y Desde mi celda (2002).
Sevilla, estación Términus deja claro desde su título el objeto con el que ha sido escrita. "La segunda parte del título es una metáfora; la metáfora del final del trayecto. Luis, que tiene una enfermedad terminal, piensa que se va a morir pronto. Javier, que acaba de salir de una depresión, se plantea el problema del final y el sentido de la vida", comenta Vaz de Soto.
"La base de la novela es mostrar ideas de un modo dialéctico entre dos personas que expresan sentimientos. Uno parece más racionalista y el otro tiene otras ideas de tipo religioso", agrega Vaz de Soto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de septiembre de 2009