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Empresarios, granjas y ciudadanos desconectados

No hay manera de conectarse en la mitad de Pasarela, en Vimianzo, donde se concentra el mayor número de empresas del municipio. "Es una miseria, cuando hoy todo se gestiona por e-mail", se queja Francis Lema de Auto Reparación Vidal. A este taller oficial de Peugeot en Vimianzo no le quedó más remedio que instalar un satélite para tener conexión con Madrid, imprescindible para detectar hoy los problemas en un coche. Una cobertura de banda ancha "muy lenta, con fallos y cara, 150 euros al mes". Este taller también cuenta con una conexión móvil a Internet 3-G (vía módem USB), "pero como la cobertura tampoco es buena, no se puede usar".

Tanto este profesional como su vecino, el fabricante de remolques Juan Carballo, se cansaron de enviar quejas a Consumo y a Industria. "No vale de nada", dice Carballo. Ya van dos veces que la compañía le envía el kit de conexión a Internet por ADSL. Y dos veces que tuvo que devolverlo por falta de cobertura. El Ayuntamiento de Vimianzo acaba de estrenar una red wi-fi para sus habitantes. "Pero tampoco llega hasta aquí", lamenta Lema.

En su granja de A Carballeira, en Mesía, Miguel Anxo Seixas cuenta con un sofisticado robot para ordeñar vacas. Pero sin red digital le es imposible controlar la producción de leche en tiempo real "o buscar semen". Su sensación de impotencia la comparten medio millar de habitantes de San Xurxo da Mariña, en Ferrol. A 10 kilómetros del centro y siete de la central de ADSL, "las gestiones por Internet son pura quimera", destaca José Antonio Suárez, de la asociación vecinal. Harto de pelear, el colectivo ha llamado a una empresa privada que ofrece instalar un satélite. "Están haciendo pruebas, no sabemos si funcionará o cuánto nos costará, pero no podemos seguir así".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de septiembre de 2009