"Cuesta madrugar" después de tres días a tres películas por jornada, como mínimo. El Jurado Joven del Zinemaldia, con cerca de 300 integrantes, es uno de los colectivos que más intensamente viven el festival. Cinco de sus componentes, alumnos de la Universidad San Jorge de Zaragoza, relatan a EL PAÍS sus primeras impresiones.
"Son películas a las que no es fácil acceder fuera de los festivales", indica Raquel Navarro. Poder ver los largometrajes en versión original -aunque un filme chileno ininteligible con subtítulos en francés les trajo de cabeza- y poder acudir a los pases de cintas casi desconocidas supone una oportunidad para ellos. Por eso, restan importancia a los madrugones y las carreras para llegar a tiempo a las salas donde se proyectan las 28 películas que debe ver obligatoriamente este jurado. La organización indica que ya ha quitado acreditaciones a algunos de sus por no acudir a las sesiones.
'Daniel y Ana' y 'Norteado' están entre los filmes que más han apreciado
Hay filmes de calidad y otros, en cambio, que son una "conjunción de desastres", apunta Francisco Bernal. Huacho, Daniel y Ana, Norteado y buena parte de la sección Horizontes Latinos son alabadas unánimemente, a pesar de que Pablo Gracia habla de la repetición temática de la que peca esta sección. Con igual vehemencia critican El árbol y Seasons in the Sun. "Tiene que ser duro ver que la mitad de la sala se vacía durante la película", comentan en referencia al pase del primer título.
Ellos aspiran a estar algún día en el otro lado del coloquio que sigue a cada proyección, el de los creadores de las películas. Como estudiantes de segundo curso de Comunicación Audiovisual, por ahora se contentan con quedarse a la ronda de preguntas: "Nos gusta ver cómo responden", explica Susana Portero.
Quieren dedicarse a escribir guiones, a la crítica y a la dirección, aunque sus gestos de resignación demuestran la dificultad que entraña este mundo. "No se corren riesgos y se tiende a asegurar" subvenciones, argumentan. En definitiva, el cine se ha acomodado en el "rollo cutre español", zanja Álvaro Martínez. Pero no todo es complicado: los nuevos canales de difusión de las nuevas tecnologías son una "oportunidad para mostrar tu trabajo", indica Bernal.
Ellos son sólo cinco de los jóvenes entre 17 y 21 años que estos días puntúan los filmes de Zabaltegi y Horizontes Latinos. La fiesta también está presente. Una celebración mañana acercará más aún a los creadores de las películas y al jurado de un premio que se entregará el próximo sábado en una gala.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de septiembre de 2009