Contando su propio sueldo y el valor monetario de los gastos que le pagan, un parlamentario europeo gana el equivalente de más de 15.000 euros al mes. Un diputado del Congreso gana más de 2.000 euros al mes y sólo necesita haber ejercido como tal durante siete años para cobrar el 100% de la pensión correspondiente. Además, sus pensiones se suman, en caso de que hayan ocupado diversos cargos públicos durante su vida activa.
En cambio, un trabajador corriente necesita un mínimo de 15 años cotizando a la Seguridad Social, más del doble que uno de nuestros políticos, para poder tener una pensión de jubilación. Sólo se le calcula la pensión en función de los últimos 15 años de vida laboral (no se suman). Además, si una mujer jubilada queda viuda, la ley le prohíbe cobrar su jubilación y la pensión de viudedad simultáneamente. ¿Por qué esta injusticia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de septiembre de 2009