Arrancó ayer el pleno del Ayuntamiento de Madrid con una despedida: la del edil socialista Pedro Sánchez, que cambia el acta de concejal por un escaño en el Congreso, el mismo que ha dejado el ex ministro Pedro Solbes. Es el quinto socialista que abandona el grupo, el sexto si se cuenta al candidato, Miguel Sebastián, que ni siquiera llegó a tomar posesión para despejar el camino al cambio en la dirección del PSM.
Sánchez es el único que se va al Congreso (los otros ocupan cargos en la Administración o el Gobierno). Será sustituido por Gabriel Calle, de 42 años, profesional de la hostelería y secretario general de la agrupación socialista de Carabanchel.
"Espero haber sido un buen compañero de viaje", afirmó Sánchez en su última intervención, después de saludar a las bancadas de la oposición: "Hermanos de mi izquierda, a los dos grupos os doy las gracias".
Luego, el ya ex concejal dio una de cal y otra de arena al equipo de gobierno. "Me voy con una corazonada y una ambición", lanzó. La primera era el deseo de que se cumpla la aspiración de la capital de acoger los Juegos Olímpicos de 2016, sobre la que se decidirá el próximo 2 de octubre en Copenhague (Dinamarca). "Ojalá Madrid alcance su sueño", deseó a la corporación.
La "ambición" era el respaldo de Sánchez al portavoz del grupo socialista, David Lucas, a quien pronosticó que será alcalde en 2011. "No me cabe la menor duda de que lo vas a conseguir. Cuenta conmigo para ganar y recuperar Madrid", puntualizó. Sánchez zanjaba así su apoyo al que ha sido su jefe estos dos años, pese a que aún no se ha decidido el candidato socialista a la alcaldía. El presidente Rodríguez Zapatero ha retrasado esa cuestión al menos hasta octubre de 2010.
Sánchez recibió a su vez el agradecimiento del alcalde, que le hizo un guiño: "Comprobará que no es lo mismo hacer oposición al Gobierno que tener que soportarlo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de septiembre de 2009