El año pasado hubo un filme que arrasó en la taquilla británica y que demostró que el arte no tiene que estar reñido con el espectáculo. Su autor, Steve McQueen, uno de los más prestigiosos artistas ingleses. Su obra, Hunger, un drama en tres actos (en realidad dos y una prodigiosa bisagra central, una conversación deslumbrante) centrado en la huelga de hambre que en 1981 capitaneó Bobby Sands entre los terroristas presos del IRA. Lo que hace McQueen con la cámara es transmitir física, sensitiva y emocionalmente lo que ocurre en esa cárcel y en el cuerpo de Sands. Fascina la labor de McQueen, su capacidad para sumergir al espectador en sentimientos alejados de él, e incluso jugar con la abstracción para explicar la degradación y la agonía de Sands. Para ello contó con un cómplice, Michael Fassbender, el actor protagonista, ahora de moda gracias a Malditos bastardos. Por suerte, el Reina Sofía (Santa Isabel, 52), dentro de su programación audiovisual, recupera el filme Hunger el jueves y el viernes a las 20.00. Más aún, el jueves el mismo McQueen charlará sobre una película que marca una época del cine británico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de septiembre de 2009