Los alemanes optaron ayer por un giro a la derecha como fórmula para hacer frente a la crisis que sufre la primera potencia económica de Europa. Los electores renovaron su confianza en la canciller democristiana, Angela Merkel, a la que otorgaron el 33,8% de los votos y dieron entrada en el Gobierno a los liberales del FDP, que lograron el 14,6% de los sufragios.
Una exultante Merkel celebró una victoria que tiene mucho de personal prometiendo ser "la canciller de todos los alemanes". Deja atrás con alivio cuatro años de coalición con los socialdemócratas, los grandes derrotados. El SPD obtuvo el 23%, su peor resultado desde la fundación de la República Federal en 1949. Una "amarga derrota", dijo su candidato, Frank-Walter Steinmeier, que abre una crisis de liderazgo en el partido.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de septiembre de 2009