Si algo ha cambiado en el presupuesto estatal de las épocas de vacas gordas a las de vacas flacas es el gasto en protección al desempleo. Hace cuatro años, las cuentas públicas de 2006 planeaban gastar 13.578 millones en los parados. El paro rondaba el 8,5%. El proyecto para 2010 presentado ayer en el Congreso de los Diputados por la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, prevé gastar 30.611. La tasa de desempleo se situará en torno al 20%.
De la mano del paro, esta partida del gasto público se ha disparado en los últimos años. Tanto, que las aportaciones de los trabajadores para la protección por desempleo no cubren ni la mitad de los recursos necesarios -sólo el 47%-, por lo que el Estado tiene que aportar 16.434 millones a los Servicios Públicos de Empleo para que hagan frente a prestaciones y los subsidios.
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En total, el presupuesto destinado a la lucha contra el desempleo asciende a 38.878 millones, ya que también hay que sumar los 7.742 destinados a políticas activas de empleo (formación, bonificaciones a la contratación, inserción laboral...).
La caída del empleo no sólo hace mella en las arcas de los Servicios Públicos de Empleo, también en la Seguridad Social, dependiente asimismo del Ministerio de Trabajo. Así, las cotizaciones sociales de empresas, trabajadores y parados (los desempleados cotizan durante el tiempo que perciben prestación contributiva) al instituto público caerán un 4,5%. La recaudación por este concepto, el gran capítulo de ingresos de la Seguridad Social, quedará en 107.376 millones. En todo caso, el Ejecutivo prevé cerrar el próximo ejercicio con un superávit del 0,2% del PIB.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de septiembre de 2009