"En Rojales hay varios pensionistas que se suelen ofrecer en los bares para traslados a cualquier precio, a un precio más barato. La mayoría son ingleses". José Antonio vive del taxi desde hace cinco años pero cada día le cuesta más. Muestra anuncios encontrados en farolas, periódicos gratuitos o bares en los que ofrecen a 29 euros o a 35 euros trayectos que un taxi reglado cobraría al menos a 40.
"Se llevan todo el negocio y no puedes tocarlos", añade. Ayer se concentró contra los "coches piratas" junto con medio centenar de profesionales de la Confederación de Autónomos del Taxi de toda la Comunidad Valenciana en el aeropuerto de L'Altet "porque la provincia de Alicante es la más afectada por el intrusismo". Una actividad que realizan extranjeros principalmente -ingleses en Alicante y suramericanos o magrebíes en Valencia- y que la crisis ha disparado.
Hasta un 20% de traslados a y desde los aeropuertos son 'piratas'
El presidente del colectivo, Juan Antonio Guardeño, lamentó que sólo haya un inspector de la Consejería de Transportes y reclama una mesa del transporte que busque una solución. Guardeño estima que entre el 15% y el 20% de los traslados en taxi a y desde los aeropuertos se hacen con coches piratas. Varios taxistas coinciden en que con estas prácticas, que antes se daban pero menos, es cada día más difícil garantizarse un suelo al mes.
La confederación representa al 40% de un sector desunido. Ayer, de hecho, mientras los taxis convocados por la confederación protestaban en fila durante una hora contra el intrusismo, un grupo de taxistas habituales del aeropuerto de L'Altet les acusaban de tener entre sus compañeros a intrusos que les quitan el negocio.
"No sabemos qué pinta aquí cuando estamos aguantando todos los días a taxis de otros sitios que vienen a cargar", explicaba uno de ellos. Los taxistas de Elche son los encargados de cubrir el servicio al aeropuerto y todo aquel que llegue de otro punto de la geografía debe llevar un permiso firmado. Una teoría que dista a menudo de la realidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de octubre de 2009