Cofrentes, pequeño pueblo del interior de la provincia de Valencia -con una población de unos 900 habitantes cuyas vidas y economía giran directa o indirectamente entorno a la central nuclear-, ha decidido dar un paso adelante en su defensa por la jornada escolar única. Ayer, los padres del colegio público del pueblo realizaron una protesta simbólica en el centro y hoy -"el primer día lectivo con horario escolar vespertino"- sacarán a sus hijos a las tres de la tarde.
"Es una decisión de todos los padres. Queremos que los horarios laborales [los trabajadores de la central salen a las tres de la tarde] y los de nuestros hijos sean compatibles", explica en entrevista Antonio Sáez, presidente del Ampa del CP Cofrentes.
Tras la prohibición de la Consejería de Educación al proyecto y la "callada por respuesta" de la directora territorial de Valencia, Virginia Jiménez, que en junio ordenó al centro volver a la jornada partida "sin una explicación pedagógica, ni nada"; el pueblo ha decidido emprender su propia lucha para que los niños de la guardería, los alumnos de Primaria y los de Secundaria (que ya tienen jornada única) tengan horarios compatibles con los de sus padres.
Tienen el apoyo del Consejo Escolar Municipal y del alcalde del PP, Ramón Ángel. Entienden que "la cerrazón" a su propuesta "no es coherente con lo que defiende el PP a nivel nacional y en comunidades como Murcia, donde se aplica sin problema".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de octubre de 2009