El nuevo gobierno de Benidorm se ha encontrado con una patata caliente nada más tomar posesión. El pasado 25 de septiembre se presentó en el Consistorio un empresario de Ibi para firmar el contrato de adjudicación de la instalación de placas solares en el Ayuntamiento y el Palau d'Esports Illa de Benidorm por tres millones de euros. Benidorm ya sacó a concurso esta adjudicación y quedó desierta en 2008.
Pese a no estar debidamente constituida la mesa de contratación, el empresario llevaba una carta firmada por el jefe del departamento, Javier Torregrosa y el anterior concejal del PP, Francisco Saval. El primero dijo que su firma había sido falsificada y el segundo que él no había colocado el tampón con su rúbrica y el sello de la concejalía. Ayer, ambos presentaron una denuncia en el juzgado por ese motivo.
El nuevo concejal de urbanismo, Jaime Llinares, el jefe de la sección de personal del Ayuntamiento ha emitido un informe por la posible comisión de una falta muy grave por "acuerdos manifiestamente ilegales con perjuicio grave a la Administración" y por la "falsificación de firmas o modificación de las fechas de los documentos. Horas después, Saval remitió un comunicado en el que afirmaba que "un funcionario" municipal "reconoce" su "total responsabilidad" con los hechos denunciados. El funcionario implicado atribuye lo ocurrido a un "error cometido en el conjunto de una broma de mal gusto" y ha reseñado que el ex edil de Contratación es ajeno a los hechos y los desconocía. Saval remarcó que el 25 de septiembre puso "los hechos relatados" en conocimiento del secretario general del Ayuntamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de octubre de 2009