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El cambio a un "acto laico"

Con indudable dosis de ingenio, un cualificado magistrado con plaza en Vizcaya calificó de "acto laico" la significativa transformación escénica que sufrió ayer la siempre solemne apertura del Año Judicial. Del habitual rigor de la toga y del silencio sepulcral de los asistentes, ayer se pasó a la imagen nada constreñida de los tres oradores y a la distensión entre el centenar de invitados, componiendo así una imagen inimaginable hasta ahora. Sin el ex consejero Joseba Azkarraga al frente de Justicia y superado el juicio a Juan José Ibarretxe, es comprensible que el presidente del Superior, Fernando Ruiz-Piñeiro, tiene motivos para sentirse más relajado.

Y es que la voluntad colaboradora de la consejera socialista Idoia Mendia ha recompuesto las antes agresivas relaciones entre la Justicia y el Gobierno autonómico. A ninguno de los asistentes al acto de ayer se le pudo escapar la nueva sintonía que ambos poderes proyectan ya en público.

A su vez, la cuidada escenografía de ayer en el Palacio de Justicia de Bilbao fue interpretada por algunos profesionales del Derecho presentes como "el deseo" que albergan muchos jueces por dar una imagen "más cercana" a la sociedad para acabar con estereotipos "trasnochados". Para generalizar esta apertura, Piñeiro, en su cita de agradecimientos, ni siquiera se olvidó de los periodistas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de octubre de 2009