El sexto congreso del PSE reunió ayer en Bilbao a dirigentes sindicales vascos, representantes socialistas de las regiones limítrofes e incluso a la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín. La dirección del cónclave recayó en la presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero, quien incidió en la necesidad de "pisar el acelerador" para ganar las municipales de 2011 y hacer frente a la crisis económica, "prioridad" en la actualidad. Suya fue también una mención especial a las últimas víctimas del terrorismo.
Pajín centró también su intervención en la "limpieza de los muros de la vergüenza", expresión que utilizó para referirse a la campaña de retirada de carteles de apoyo a ETA iniciada este verano desde Interior. Según expresó, "contribuye a la dignidad del país y a la limpieza, también, de las conciencias de los que nunca hicieron nada". "Es sólo un reflejo más de los socialistas vascos, que durante años habéis demostrado vuestro humanismo y compromiso con los valores democráticos", consideró la número tres del PSOE.
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Por su parte, los secretarios generales de CC OO y UGT en el País Vasco, Unai Sordo y Dámaso Casado, resaltaron la importancia del diálogo social y defendieron su "carácter indefinido" con el Gobierno para canalizar los conflictos. El cartel de intervenciones lo completó el responsable de las Juventudes Socialistas de Euskadi, Aitor Casado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de octubre de 2009