La jornada inaugural del sexto congreso del PSE contó el sábado con la número tres del PSOE, Leire Pajín, mientras que la de clausura elevó ayer el listón hasta el número dos, José Blanco. No pudo estar en persona el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, pero se dirigió a los presentes en el cónclave por carta. A través de su misiva felicitó a los socialistas vascos por "situar a Euskadi en un horizonte de esperanza, paz y convivencia", y apuntó que los hechos han demostrado que el camino recorrido era "el mejor".
Zapatero destacó que "si en Euskadi gobierna hoy el PSE es porque ha sabido encarnar y representar la pluralidad de la sociedad vasca". Por haber tenido "la generosidad y el coraje de intentarlo todo para mejorar la convivencia". Por haber demostrado "la sensibilidad suficiente para ser el eco de la mayoría de los ciudadanos". En este sentido, recordó que "nada es más útil para gobernar" que "un partido unido" y agradeció el esfuerzo de los socialistas vascos por "cambiar las cosas".
Los socialistas vascos son "el mejor reflejo" de Euskadi, según el presidente
José Blanco, por su parte, inició su intervención ante los delegados del PSE con un recuerdo a los últimos asesinados por ETA. "Las víctimas permanecerán en el recuerdo, pero los terroristas irán al sumidero de la historia", dijo. El vicesecretario general del PSOE reiteró su apoyo y gratitud al Ejecutivo de Patxi López, con el que, aseguró, "la impunidad en la que vivían los violentos y quienes les apoyan se ha acabado para siempre en Euskadi". Tras este prólogo, el número dos del partido y ministro de Fomento dedicó la mayor parte de su tiempo a defender la política económica del Gobierno de Zapatero.
No hizo referencias directas al sondeo de Metroscopia publicado ayer por este periódico y que da una ventaja de 3,6 puntos al PP en intención de voto frente al PSOE, pero sí aseguró que su partido no piensa en el "coste electoral" cuando toma medidas como el aumento del IVA. "A nadie le gusta subir los impuestos, pero no hay cálculo electoral que justifique dejar a personas abandonadas a su suerte. Si en este país gobernara la derecha tendríamos una doble crisis: la económica y la social". En este sentido, preguntó a Rajoy "qué gasto recortaría, qué desempleo dejaría de pagar y qué trenes de alta velocidad dejaría de construir". Apuntó, por cierto, el compromiso del ministerio que dirige para que las obras del AVE en Euskadi "vayan a mayor velocidad, pese al desafío de la amenaza terrorista".
Blanco dedicó buena parte de su larga alocución a cargar contra el PP y no quiso acabar sin repetir el símil que viene manejando en sus últimas intervenciones. El de que con Aznar, España tenía una economía sana en apariencia, pero aquejado del "colesterol" del excesivo peso de la construcción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de octubre de 2009