Los economistas han sido incapaces de entender, y aun de predecir, y, por tanto, de impedir las sucesivas recesiones, la estanflación (inflación acompañada de paro), la deflación (descenso de los precios acompañado, como ahora, de paro), etcétera. Tampoco han sido capaces de proponer teorías macroeconómicas adecuadas al capitalismo moderno.
La llamada ciencia económica ha permanecido estancada mientras la economía no ha cesado de moverse. Un motivo de esta falta de adecuación de la teoría a la realidad es que muchos economistas están armados de ideología (generalmente ya fenecida) hasta los dientes. Otro motivo es la arrogancia de los economistas matemáticos, que suelen jugar con modelos ficticios en lugar de consultar anuarios estadísticos. En resumen, la economía teórica está gravemente enferma por motivos metodológicos e ideológicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de octubre de 2009