Estremecedor el testimonio de la abuela del soldado muerto en Afganistán. Se lamentaba, entre sollozos, de que a su nieto lo habían engañado al decirle que había ido a una misión de paz... pero perdió la vida metido en una guerra que le habían ocultado.
Una guerra negada insistentemente por un Gobierno que prefiere disfrazar la realidad con expresiones absurdas que pretenden engañar a los ciudadanos. Como la definición que dio la ministra de Defensa para evitar el término preciso: "Lo que hay en Afganistán es una situación de extrema violencia generalizada". A eso se le llama guerra y viene en el diccionario.
Y ahora... Atención, pregunta: ¿dónde está aquella farándula titiritera y pancartera, con los artistas en cabeza, clamando por las calles españolas por el No a la guerra? ¿O es que también con las guerras hay clases.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de octubre de 2009