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Fase clasificatoria para el Mundial de Suráfrica 2010

Con Diego o contra él

La grada vivió dividida entre el apoyo al técnico y a Bilardo

El grito de gol y victoria de Martín Palermo en Buenos Aires se repitió en cada rincón de Argentina. Los hinchas se alegraron tanto como Diego Maradona arrojándose al césped anegado por el diluvio porque habían comenzado a insultar cuando Perú los hacía sufrir al marcar el 1-1. Pero aunque más de uno ya ha puesto al goleador del Boca Juniors, de 35 años, en su altar personal por el 2-1 en tiempo de descuento, la mayoría mantenía las dudas sobre una selección argentina que sigue jugando al caos y que debe arrancar por lo menos un empate el miércoles en Montevideo en el clásico rioplatense ante Uruguay.

Dos de cada tres argentinos confían ahora en que su selección se clasificará para el Mundial, según una encuesta de Clarín, pero el 83% opina que, aunque Maradona logre ese objetivo, debería renunciar al cargo de seleccionador, según otro sondeo de La Nación.

Un milagro de San Palermo, tituló Olé. Además de elogiar al Palermo inmortal, Olé rescató al debutante Higuaín por su gol y criticó al capitán Javier Mascherano por su error en el tanto del empate peruano; a Lionel Messi ("No se entiende por qué juega así en la selección"); y al rendimiento en general del once ("Fue una lágrima"). Otro artículo titulado Dependemos de Bielsa se refería a que si Chile, ya clasificado, vence a Ecuador, Argentina se asegura el Mundial o al menos la repesca.

El público en el estadio Monumental festejó el resultado final, pero había comenzado a impacientarse desde el final del primer tiempo, cuando el partido permanecía sin goles. Primero comenzó a gritar para que entrara Palermo. En el segundo tiempo, cuando Argentina sufría para mantener el 1-0 ante el ya eliminado Perú, comenzaron los insultos contra los jugadores: "A ver si ponen huevos, que no juegan con nadie".

También en las tribunas se puso de manifiesto la pelea entre Maradona y el manager de las selecciones argentinas, Carlos Bilardo, que quiso meterse en el armado de la convocatoria. Unos hinchas gritaron "¡Bilardo no se va!" y otros respondieron el clásico: "Olé, olé, olé, Diego, Diego".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de octubre de 2009