Agustín, estudiante de telecos de 19 años, alucinaba. El policía municipal le había dicho que podía entrar al monumento de Alfonso XII, junto al estanque del Retiro, con su guitarra, pero que no podía golpearla "como si fuese percusión". Agustín estaba allí para apoyar una concentración de protesta contra la decisión municipal, tomada la semana pasada, de impedir tocar allí los tambores.
Varios coches de policía y decenas de agentes vigilaban ayer la zona e impedían el paso a los que llevaban bongos o djembes. Incluso habían colocado vallas para que se pudiera entrar por un único acceso. "Espacio acústicamente protegido", rezaban los carteles que el Ayuntamiento colgó el pasado fin de semana. Según el Consistorio, la decisión está motivada por el gran número de quejas de vecinos y usuarios.
"Venimos a Madrid dos o tres veces al año y nos encanta pasar aquí el domingo por la tarde. Prohibir esto es una paletada", decían Javier y Fernanda, una pareja de funcionarios coruñeses cuarentones que, al encontrarse la protesta, había decidido sumarse. Medio centenar de personas, convocadas por Internet (en Facebook y www.percusionretiro.blogspot.com) hicieron como ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de octubre de 2009