Ya hay sucesores al frente de la compañía del Tanztheater de Wuppertal que dirigía la bailarina Pina Bausch, fallecida en julio: el francés Dominique Mercy y el alemán Robert Sturm. Dominique Mercy era un espejo del estilo Bausch; su esencia y su personalidad, su creatividad y su concentración admirables están presentes el todo el decálogo de la coreógrafa de Solingen. Robert Sturm, con ser una figura gris y secundaria, ha jugado un papel en la arquitectura de las producciones del último decenio y la Bausch se fiaba de él. Él la entendía con sólo un gesto y asumió la superación de crisis creativas y prácticas.
Insistentemente se especuló con que la compañía de Pina no seguiría adelante sin ella. Con un mutismo que podemos llamar "discreción germánica" no se ha sabido nada hasta ahora, pero la decisión es de agradecer. También de ese gesto de unanimidad en la plantilla huérfana, que no tendrán una madre sustituta, sino un hermano mayor al frente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de octubre de 2009