La consejería de Familia y Asuntos Sociales recuerda un caso semejante destapado en marzo de 2008. Se trata de la residencia de Manoteras -a unos pocos metros y en la misma acera que el centro para minusválidos psíquicos 2 de mayo- donde su director, Juan José Araúzo, decidió recortar el dinero para alimentos de los 300 mayores que estaban a su cargo. La consejería lo despidió fulminantemente. Pero, según ellos mismos relatan, "hubo un juicio y tuvimos que reintegrarle a la plantilla, aunque dedicado a temas de gestión y no en los centros, claro".
Araúzo entregó a todo el personal del centro una circular en la que advertía que a partir de una fecha había que "limitar el consumo de verduras y frutas", que se tendrían que poner "platos más baratos, sobre todo en las cenas", conminaba a comprar "carne de menor categoría para los guisos" y que en la cocina el aceite serviría "para más frituras que las habituales".
A raíz de que se hiciese pública esa circular, el Defensor del Pueblo anunció una inspección de la comida en los centros de mayores y cientos de cartas con denuncias más o menos graves llegaron a las redacciones de los periódicos.
Una de las más impactantes afectó a la residencia pública de mayores Goya, dependiente de la Comunidad, en enero de 2007. En aquel entonces, ese centro acogía a 51 personas con graves problemas de movilidad. En el libro de incidencias de la residencia se descubrió que muchos de ellos estaban mal atendidos y, por ejemplo, dormían empapados en orines.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de octubre de 2009